¿Quién soy yo? ¿Qué quiero ser?

Esa ocasión en la que te miras en el espejo, y no entiendes quién es ese, esa persona que te mira… estoy convencido de que en más de una ocasión han enfrentado estas crueles preguntas, el problema se da porque en muchas ocasiones encontrar las respuestas no resulta nada fácil. Si estás buscando estas respuestas, quizá pueda ayudarte este post.

Siempre que nos comparamos con el resto de animales, acostumbramos a destacar nuestra capacidad única de diferenciarnos de los demás seres de motivación, por objetivos y puntos de vista diferentes y cambiantes. Somos, de algún modo, seres conscientes. Esto nos otorga un cierto “orgullo” injustificable, desde luego, pero tan solo es esa una cara de la moneda.

Es recurrente que en muchas ocasiones sientas, que lo que piensas, lo que dices y lo que haces, no coinciden, y te cuesta identificarte con la persona que descubres ante el espejo, cada mañana. Te preguntas ¿Quién soy yo? Y se te vienen a la cabeza una, mil, o ninguna respuesta.

Todas las ciencias, cada una de sus ramas, filosofía y psicología incluidas; tratan a diario de dar respuesta a esta pesada interrogante, pero la única respuesta correcta está dentro de nuestro interior, individual a cada uno de nosotros, y requiere un hondo conocimiento de nosotros mismos y de nuestras virtudes y defectos.

Y es que debemos entender, que si bien estar dotados de conciencia, nos ofrece cierta ventaja, a la vez que va a la par con nuestra habilidad para pensar cosas abstractas, también nos ofrece una infinitud de problemas a la que el resto de las especies no debe enfrentarse. Y uno de esos posibles problemas puede surgir cunado, inevitablemente, aparece en nuestra corriente de pensamientos la pregunta clásica: ¿Quién soy yo?

Como saber quién soy yo:

En la acelerada sociedad en la que vivimos, las cosas cada vez se mueven más rápido y exigen un mayor dinamismo por nuestra parte, esto provoca que cada día nos dediquemos menos tiempo a nosotros mismos, pero, si queremos responder a esta interrogante ancestral, es necesario que detengamos el tiempo por unos minutos, para reflexionar y dedicarnos a pensar en nosotros.

Como destapar la caja de Pandora con una pregunta.

Un obstáculo, un problema, mil complicaciones a la hora de ser felices, todo esto puede ser el resultado de una respuesta incorrecta a una pregunta tan existencial como: ¿quién soy yo? En cada detalle de la cotidianidad, descubrir quiénes somos, y a dónde queremos ir, es una de las bases fundamentales para encontrar bienestar, en todo, no solo en grandes proyectos.

Pero que nos cueste, o incluso que no logremos responder estas preguntas en un inicio, no es señal de que todo este perdido. Con los avances científicos de la actualidad, incluso con todos los estudios espirituales modernos, no tenemos ningún tipo de elemento que nos haga suponer, que resulta innata la capacidad para plantearse adecuadamente y responder con éxito la cuestión, algo inamovible e independiente de nuestras elecciones y el ambiente en el que elegimos vivir. En ocasiones, resulta indispensable hacernos esta pregunta, pues es un indicador de que estamos en el camino correcto para seguir creciendo.

Por el hecho de que nos resulte más importante a nosotros, que, a otros, nuestra vida, tendemos a que nos interese deformar la realidad, la manera en que interpretamos lo que nos ocurre, para hacerla encajar en esa idea que queremos esparcir de la respuesta que le damos a esta pregunta: ¿Quién soy? La historia con la que “supuestamente” queremos explicar nuestra existencia. Como individuos. Así pues, la humildad nos resultara imprescindible, a la hora de sacar conclusiones acerca de quiénes somos, y admitir que siempre hay espacio para la rectificación.

Porque, además, desde el primer minuto, tengan en cuenta esto, nuestro conocimiento sobre nosotros mismos es limitado. Sé que parece engañoso, pero la mayoría de los aspectos de nuestra propia personalidad, son mejor conocidos por quienes nos rodean que por nosotros mismos. ¿Por qué? Ya lo dije; porque nuestra visión, sobre mucho de lo que hacemos, esta segada.

Te propongo algunas claves para saber; ¿Quién eres? Realmente:

¿Vives la vida que deseas?

Muchas son las personas en este mundo que viven vidas en las que no son felices, pero temen cambiar y se esconden tras una máscara por miedo, a sí mismos, y a la opinión de otras personas. Por ello, lo primero que te tienes que preguntar es; si te gusta la vida que vives, y si la respuesta es negativa, es hora de pensar que cambiaras.

“… ¿Quién soy? Estoy tratando de averiguarlo…”

Es común sentirse cómodo en esta zona de confort, pero no avanzamos, por lo que debemos salir de ella, y para esto es preciso superar el miedo y darnos cuenta de que la vida es única y nos merecemos ser nosotros mismos y vivir como deseamos.

PREGUNTA A LAS PERSONAS QUE REAALMENTE TE QUIEREN, INCLUSO SI PARECEN TENER IDEAS EXTRAÑAS.

Muchas veces la imagen que nos hacemos de nuestra persona, no se corresponde realmente con la realidad y una de las más certeras maneras de averiguar quién eres, es confrontar a las personas que te quieren y te aprecian.

Habla con tus amigos, tus hermanos, con tu pareja, o incluso, con tus compañeros de trabajo averigua como te ven, y su forma de responder a la pregunta “¿quién soy?” en relación a tu persona. Analiza las respuestas que te den y veras que tienen cosas en común.

Reflexiona sobre ti mismo.

Una reflexión profunda y realista nos puede ayudar a conectar con nuestro propio yo. Piensa con detenimiento en todas tus virtudes y analiza tus defectos, y no te mientas a ti mismo nunca. Poco a poco tendrás clara tu identidad como persona.

“… yo marcho solo con mis leones y la certeza de ser quien soy…”

Analiza tu comportamiento ante las otras personas, que es lo que te gusta en tu forma de ser y que es lo que no te gusta, que te gustaría cambiar y, sobre todo, trata de ser objetivo y ve la realidad tal y como es, aun cuando sea cruda.

Escondido tras las palabras.

Si planteamos que no saber hallar las respuestas correctas a preguntas identitarias, puede provocar grandes problemas, no querer decir que la clave sea saber responder a estas preguntas, con una frase específica, exacta, como si se tratase de un eslogan que debemos repetir. Lo necesario es lograr identificar subjetivamente, que tanto somos capaces de reconocer, las imágenes de nosotros mismos, y de qué tipo son estas imágenes. Las respuestas a la pregunta del existencialismo “quien soy” esta por supuesto siempre, mas allá de las palabras.

Por ello considero tan importante aprender a detectar hasta donde ciertas sensaciones de malestar pueden tener la causa en estas dudas sobre el significado de la propia existencia, y la propia identidad.

Si no podemos responder a esta pregunta ello puede significar que pasamos por una crisis de identidad, un periodo en que podríamos enfrentar profundas dudas sobre nosotros mismos, dudas sobre el sentid de la existencia acompañadas de una sensación de vacío y soledad.

Ahora bien: una vez que encontramos la respuesta a esta pregunta, nos reincorporamos al ritmo de los acontecimientos que transitan por nuestra vida. Consiguiendo esta ves ser mucho más conscientes de lo que nos rodea, y más realistas en nuestros pensamientos. Volvemos a empoderarnos frente a la vida.

Lo que crees ser Vs lo que eres en realidad.

En el intento de responder la pregunta de “quien soy yo” debemos enfrentar la diferencia entre lo que creemos ser, lo que somos, y lo que queremos ser en el futuro. Resulta mucho más sencillo extender una evaluación a terceros que a nosotros mismos. Por eso es que la autorreflexión es complicada, pero necesaria.

“Todos me conocen, pocos saben quién soy”

Para dar una respuesta clara y saber realmente quien somos como personas, es necesario trabajar la autorreflexión, y conocer todo nuestro potencial, esa será la única forma de conocer nuestros límites, superarlos y enfrentar un crecimiento personal adecuado.

La auto reflexión para volver a conectar con uno mismo.

Por desgracia, el profundo miedo que sentimos a enfrentarnos a la realidad, suele complicarnos la situación. este miedo, a ver, las cosas como son, te mantiene aislado, distante de ti mismo. El camino hacia las respuestas de problemas de identidad suele encontrarse en la autorreflexión realista. Para el desarrollo personal, una práctica realista y sana de la autorreflexión es un importante aspecto, y aunque suene simple, que de hecho lo es, no es nada fácil.

Se necesita un afrontamiento activo ante el problema, pues como ya expliqué, la pregunta de: “quien soy yo” es una pregunta existencialista. Las soluciones difícilmente se revelan solas, sino que hay que ser capaces de buscar o crear esas situaciones que nos ayudan a ser mejores cada día. Y solo a través de una correcta autorreflexión, o sea, a través de un verdadero conocimiento realista de uno mismo y la interacción con lo que nos rodeamos, en conjunto con algunos hábitos que nos ayuden a seguir creciendo, será posible encontrar estas respuestas y mantenernos activos de esta manera.

A pesar de las dificultades, debemos escoger seguir de lado de uno mismo.

Ya sabemos que la identidad se ha ido forjando a lo largo de la vida, pero si una etapa o periodo debe prestársele mayor atención por su relevancia es: la adolescencia. En nuestro periodo de adolescencia si hay un obstáculo que debemos enfrentar es el establecimiento de una identidad. Pero la construcción de la identidad no se puede entender jamás sin la interacción con los demás.

Los adolescentes también suelen ir en busca desesperada de ese ¿Quién soy yo? por qué la adolescencia es una etapa de descubrimiento. Comienzan a hacer grupos de amigos, empieza el proceso de autodescubrimiento, la relación con el sexo opuesto y comienzan los pensamientos en las opciones de futuro.

Pero a pesar de este autoconocimiento el ¿Qué soy yo, de donde vengo o hacia donde quiero ir? El “quien soy” también se ve afectado por la autoestima y afecta en ella también, ¿me quiero mucho, poco o nada? ¿Soy lo que quiero ser? Y la autoeficacia: ¿Soy capaz de ir donde quiero? ¿Soy capaz de ser lo que quiero ser?

Por tanto, saber quiénes somos nos hace fuertes, y, a pesar de las dificultades de la vida, nos ayuda a superar las dificultades.

LA IDENTIDAD ¿ENTONCES?

La identidad presenta un gran componente emocional, y saber “quien soy” también lo tiene. De modo resumido, algunas de las características comunes a tener en cuenta serian:

•~Se desarrolla en iteración con otros.

•~Es una definición socialmente construida del ser.

•~Es un fenómeno subjetivo con un fuerte componente emocional.

•~El proceso de formación de esta identidad supone un proceso de autoanálisis y valoración de las posibilidades de hacer frente a los retos.

Una reflexión final:

Responder a la pregunta “¿Quién soy yo?” implica, entre otras cosas, enfrentar la tensión entre lo que creemos ser y lo que queremos ser, en contradicción con lo que realmente somos. Es prácticamente imposible exportar una valoración de uno mismo sin compararse con una versión del yo ideal, con todo aquello que soñamos ser. Trabajar tanto en la autoestima como en nuestro potencial y capacidades hará que enfrentemos esa pregunta SIN MIEDO.